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Chile de Árbol: Guía completa de cultivo y cuidados

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El Chile de Árbol, también llamado cuauhchilli, San Juanero, chile bravo, pico de pájaro, alfilerillo o cola de rata,  se denomina científicamente como Capsicum annuum ‘De Árbol’. Es originario de México y Centroamérica, y se ha convertido en un ingrediente esencial utilizado en muchas recetas tradicionales, especialmente en salsas y guisos, valorado por su sabor ahumado y ligero a nuez. Además de su uso culinario, el chile de Árbol también es valorado por sus beneficios para la salud debido a sus propiedades antioxidantes y su alto contenido de vitaminas y minerales, como la mayoría de los chiles picantes. 

El chile de Árbol es una planta que puede alcanzar alturas de hasta 1,20 metro de alto. Sus hojas son de color verde oscuro y tienen una forma aovada de ápice acuminado. Las flores son pequeñas y blancas. Los frutos son alargados, delgados y puntiagudos, midiendo aproximadamente de 7.5  a 10 cm de longitud y 1 a 4 cm de ancho y presentan un color rojo intenso en la madurez.

 En cuanto a su nivel de picante, el chile de Árbol tiene un lugar destacado en la escala Scoville, que mide la intensidad del picor en los chiles. Suele variar entre 15,000 y 30,000 unidades Scoville, lo que lo coloca en la categoría de chiles picantes de intensidad media.

Requerimientos agronómicos del cultivo

Luz solar

El chile de Árbol requiere luz solar directa durante el día. Debe cultivarse en un lugar donde reciba al menos 6 horas de luz solar para un crecimiento óptimo.

Suelo y nutrientes

El chile de árbol prospera en suelos bien drenados con buena estructura, ricos en materia orgánica. Es importante mantener un pH del suelo ligeramente ácido, de 5-6. El cultivo debe disponer de los seis macronutrientes esenciales como Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Magnesio, Azufre y Calcio, y pueden ser adicionados por medio de enmiendas naturales como compost o distintos tipos de estiércol.

Agua

Resulta importante mantener el suelo húmedo, evitando el encharcamiento. El volumen de agua proveniente del riego debe ir aumentando conforme al crecimiento del cultivo, también según la demanda de agua por parte del cultivo en momentos de alta temperatura e irradiación solar. Conviene regar también especialmente durante las etapas de floración, cuajado y crecimiento del fruto.

Temperatura

El chile de Árbol crece y produce frutos con temperaturas entre los 18°C y 30°C no soporta bien las heladas ni el clima frío. Debe ser trasplantado a su lugar definitivo luego de la última helada, en exteriores o a campo.

Cultivo y cuidados del chile de Árbol

Siembra

Se recomienda hacer la siembra del chile de Árbol en semillero o almácigo, en invernadero, o en interiores y con una incidencia de luz directa. Conviene sembrar las semillas unas 4 semanas antes de la última fecha de heladas. Luego de que se obtengan plantines, es posible trasplantar directamente al suelo o en macetas de 20 a 30 litros en invernáculo o en exterior. 

Las semillas deben sembrarse a una profundidad de aproximadamente 1 cm en el sustrato y luego debe realizarse el riego de asiento para la imbibición de la semilla. El chile de Árbol, requiere una temperatura ambiental de entre 18°C a 30°C, para germinar.

Densidad de siembra

Se recomienda distancia de al menos 30 centímetros entre cada planta para proporcionar suficiente espacio para su crecimiento, evitando la competencia por luz, agua y nutrientes.

Tiempo de germinación

Las semillas del chile de Árbol suelen tardar de una a tres semanas en germinar dependiendo de las condiciones de temperatura, humedad y calidad de las semillas.

Espacio, ventilación y entutorado

Respetar el espacio entre plantas permite el adecuado desarrollo del cultivo y además permite facilitar las labores del huerto.  La ventilación dentro del cultivo es crucial para prevenir enfermedades fúngicas y bacterianas. Conviene entutorar para evitar el vuelco de la planta, y para facilitar la posterior recolección del fruto.

Cosecha

Los frutos del chile de Árbol, generalmente maduran entre 75 y 95 días después de la siembra. Cuando los frutos hayan alcanzado un color rojo, estarán listos para ser cosechados. Es recomendable usar tijeras para cortar los frutos por la base de su pedúnculo y evitar dañar la planta.

Plagas y enfermedades comunes

Las plagas como los pulgones, ácaros y trips pueden atacar al chile de Árbol. Conviene inspeccionar regularmente las plantas y aplicar jabón potásico, aceite de neem u otros insumos orgánicos para controlar las plagas, de ser necesario. Cabe aclarar que algunos insectos plaga pueden ser vectores de enfermedades víricas como el virus del mosaico o el virus del bronceado, que tambien afecta al tomate. Es importante conocer estas enfermedades y tener especial atencion en evitar su propagación en el cultivo.

En cuanto a otras enfermedades, el mildiú y la pudrición de la raíz son comunes, como en otros chiles. Mantener un buen drenaje, evitar el exceso de humedad y permitir la buena ventilación del cultivo permite prevenir estas enfermedades fúngicas, aunque pueden tratarse con caldo bordelés o sulfato de cobre, el cual es empleado en la agricultura orgánica.

Para controlar estas amenazas, es recomendable utilizar enfoques orgánicos, como la introducción de depredadores naturales en el huerto para realizar un control biológico de las plagas. También, se puede fomentar un ambiente más saludable para las plantas mediante una correcta rotación de cultivos.

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Control de flora espontánea

El control de malezas es un aspecto fundamental en el cultivo del chile de Árbol, ya que las malezas pueden competir por nutrientes, agua y luz solar, afectando el crecimiento y rendimiento de las plantas. Algunas técnicas de control de malezas de manera orgánica son, el uso de mulching y el desmalezado manual.

La colocación de una capa de material orgánico, como paja u hojas secas alrededor de las plantas del chile de Árbol puede ayudar a suprimir el crecimiento de malezas al bloquear la luz solar y dificultar su germinación.

También, la eliminación manual de malezas es una opción orgánica efectiva, especialmente en etapas tempranas de crecimiento. Se debe tener cuidado de no dañar las raíces de las plantas mientras se retiran las malezas cercanas.

Fertilización y abonos orgánicos

Para la fertilización del chile de Árbol puede optarse por enriquecer el sustrato o la tierra, una semana antes del momento del trasplante y luego realizar una segunda fertilización con insumos orgánicos como compost, estiércol, gallinaza, humus de lombriz, harina de pescado o harina de algas, una semana antes de la floración.

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Al seguir las recomendaciones básicas proporcionadas en esta guía, estarás en camino de lograr una cosecha exitosa y ecológica del chile de Árbol. Con las condiciones adecuadas de luz solar, suelo, agua y temperatura, así como la implementación de prácticas de cultivo adecuadas, podrás disfrutar de una abundante cosecha de chiles de Árbol. Además, al optar por métodos de cultivo orgánicos y abonos naturales, estarás contribuyendo al bienestar de tu finca o jardín y del medio ambiente en general

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