El origen del tomate Cherry
El tomate Cherry (Solanum lycopersicum var. cerasiforme) en su forma silvestre, se distribuye en América del sur (centro de origen) y en México, específicamente en Veracruz, donde fue domesticado. Se conoce que los antiguos habitantes de América del sur, como los Incas, ya cultivaban diversas variedades de tomates, incluyendo los ancestros de los tomates Cherry, desde hace más de 2,000 años.
Características del tomate Cherry
Los tomates Cherry son notoriamente pequeños en comparación con otras variedades de tomates. Por lo general, tienen un diámetro que va aproximadamente desde 1 a 4 centímetros, lo que los hace similares en tamaño a una cereza. Suelen encontrarse tomates cherry en una amplia gama de colores. Si bien el rojo es el color más común, también puedes encontrar tomates Cherry de color amarillo, naranja, verde y morado
Además, una de las características distintivas del tomate Cherry es su sabor dulce y umami. Tienen un sabor más dulce en comparación con otros tomates, ya que tienden a tener una mayor concentración de azúcar cuando están maduros, lo que los hace particularmente apreciados.
Beneficios y propiedades
Los tomates Cherry, como la mayoría de los tomates, contienen antioxidantes como el licopeno, que ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo. El licopeno ha sido asociado con la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además contienen una buena fuente de vitaminas y minerales, incluyendo la vitamina C, que es importante para el sistema inmunológico, y la vitamina A, que es beneficiosa para la salud de los ojos y la piel. Por otro lado, poseen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.
Usos del tomate Cherry
Debido a su tamaño y sabor, los tomates Cherry tienen muchas aplicaciones culinarias en diversas culturas del mundo. Se utilizan comúnmente en ensaladas, pero también son excelentes para pizzas, aperitivos, tapas y platos asados.
Como aperitivo, los tomates Cherry son deliciosos combinados con aceitunas negras o verdes, quesos y aceite de oliva. En platos asados, los tomates Cherry caramelizan y se vuelven aún más dulces, lo que los hace ideales para acompañar carnes y vegetales asados. También es frecuente su uso en brochetas junto con otras hortalizas y carnes. En salsas, estos tomates pueden aportar un sabor más dulce, menos ácido y más concentrado.
Cómo germinar semillas de tomate Cherry
Materiales necesarios
- Semillas de tomate Cherry.
- Sustrato para macetas o tierra para macetas
- Vasos plásticos, semillero o macetas pequeñas
- Rociador (opcional)
Preparación del sustrato
- Llena las macetas, semillero o vasito plástico con sustrato formulado para macetas.
- Humedece el sustrato antes de sembrar con un rociador o con agua.
- Coloca varias semillas de tomate Cherry (2 o 3) en un orificio en el centro del sustrato. Puedes plantar más de una semilla por maceta, ya que es común que algunas no germinen. Tapa las semillas con una fina capa de tierra y asegúrate de que se encuentren a 1 cm de profundidad como máximo.
- Riega o rocía con poca cantidad de agua para que las semillas se hidraten.
- Espera aproximadamente una semana hasta que germinen.
Ubicación y temperatura
Coloca las macetas en un lugar cálido y luminoso, como una ventana soleada o bajo luces de cultivo. La temperatura ideal para la germinación de tomates Cherry es de entre 20ºC y 25ºC.
Mantenimiento
Asegúrate de mantener el sustrato húmedo pero no empapado durante todo el proceso de germinación. Riega con cuidado para evitar que las semillas se desplacen, pero no en exceso porque puedes favorecer la pudrición de las semillas.
Las semillas de tomate Cherry generalmente germinan entre los 5 y los 10 días, pero puede llevar más tiempo en algunas ocasiones. Una vez que las plántulas tengan al menos un par de hojas verdaderas (no solo las hojas iniciales llamadas cotiledones), están listas para ser trasplantadas a macetas más grandes o al jardín si es primavera.
Cómo cultivar tomate Cherry
Una vez obtenidos los plantines de tomate cherry, elige el lugar adecuado para trasplantarlos. Los tomates Cherry requieren al menos 6 a 8 horas de luz solar directa al día. Elige un lugar en tu huerto, jardín o balcón que reciba esta cantidad de luz solar.
Si estás cultivando en macetas, asegúrate de que estas tengan buen drenaje. Llena las macetas con un sustrato para macetas de calidad, el cual puede estar conformado por compost en un 85%, humus de lombriz en un 5% y perlita en un 10%.
Si vas a cultivar en el suelo del jardín o huerto, enriquece el suelo previamente al trasplante con compost, humus de lombriz o estiércol, para mejorar la fertilidad y el drenaje.
En cuanto a la distancia entre plantas, asegúrate de espaciar las plantas de acuerdo a las recomendaciones del tipo de tomate Cherry que estás cultivando, aunque generalmente deben espaciarse con 20 cm entre plantas.
Los tomates Cherry tienden a crecer de manera arbustiva, aún así, necesitan apoyo o entutorado para evitar que las ramas se rompan por el peso de los frutos. Puedes utilizar varas de madera o mallas metálicas para ayudar a sostener las plantas a medida que crecen.
Cómo cuidar el cultivo
Riego
La cantidad de agua de riego debe aumentar conforme crecen las plantas, pero no debe ser excesivo ya que puede fomentar la pudrición de raíces. Además un microambiente húmedo entre las plantas, puede fomentar la aparición de enfermedades fúngicas. Las plantas de tomate suelen soportar bien la falta de agua, a diferencia de otras especies, aún así el riego debe ser constante. Puede instalarse un sistema de riego por goteo, el cual resulta adecuado para las tomateras.
Fertilización
Aplica un fertilizante equilibrado según la demanda de nutrientes del tomate cherry. Existen tablas en internet que muestran las cantidades de cada nutriente que necesitan las distintas variedades de tomate. Puedes fertilizar al comienzo de la temporada y luego cada 30 días con distintos abonos, según sea necesario. Puedes usar harina de hueso para aportar calcio y fósforo y/o compost o humus de lombriz para aportar Nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, magnesio y calcio.
Eliminación de hojas enfermas
A medida que las plantas crecen, puedes podar algunas de las hojas inferiores para mejorar la circulación de aire y reducir el riesgo de enfermedades. Retira las hojas que muestren signos de enfermedad, estén secas o se encuentren amarillas.
Deschuponar
Es importante quitar los “chupones” o brotes secundarios de la planta. Estos se deben ir sacando, conforme va creciendo la planta ya que brotan de manera escalonada. Conviene sacarlos manualmente cuando aún se encuentran pequeños, ya que cuando crecen, quitan mucha energía a la planta y además deforman la arquitectura del cultivo.
Cómo cosechar y conservar
Los tomates Cherry generalmente maduran en 60 a 75 días después del trasplante. Cuando los frutos se encuentren “pintones”, o cambiando del color verde al color rojo, ya pueden cosecharse ya que siguen madurando post cosecha. También pueden dejarse en la planta para que maduren en ella, lo que puede aumentar el contenido de azúcares, mejorando su sabor al momento de consumirlos.
Después de cosecharlos, para mantenerlos frescos, es recomendable almacenar los tomates a 5ºC y a una humedad similar a la del fruto, para mantener su sabor y textura óptimos. También, se pueden secar en secaderos, comprados o caseros, para obtener tomates deshidratados.
Plagas y enfermedades comunes
Las plantas de tomate Cherry, al igual que otros tipos de tomates, pueden verse afectadas por diversas plagas y enfermedades. Algunas de las plagas comunes que pueden atacar a los tomates Cherry incluyen orugas como la oruga del tomate, trips, pulgones, mosca blanca y ácaros como la arañuela roja. Estos insectos pueden dañar las hojas y los frutos de las plantas, lo que afecta su crecimiento y producción.
En cuanto a las enfermedades, los tomates Cherry pueden ser vulnerables a problemas como el mildiú polvoriento, el tizón temprano y el tizón tardío. Estas enfermedades pueden causar manchas en las hojas y la pudrición de los frutos. También, a través de insectos vectores, las plantas pueden contraer enfermedades provenientes de virus, como el virus del bronceado del tomate (TSWV), el cual no tiene cura y debe evitarse por medio del control de plagas como los trips, los cuales son un vector común.
Para prevenir y controlar estas plagas y enfermedades, es importante mantener un seguimiento regular de las plantas, aplicar prácticas orgánicas como la rotación de cultivos, considerar el uso de la aplicación de insumos orgánicos, la incorporación de plantas trampa, colocar trampas cromáticas e integrar insectos benéficos en el huerto.
