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Cómo cultivar Guisantes de forma orgánica

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El guisante (Pisum sativum L.), también conocido como chícharo en México y arveja en Argentina, es una planta perteneciente a la familia de las Fabáceas, originaria de Eurasia y de las regiones mediterráneas orientales. Es frecuentemente cultivada como hortícola y también en grandes extensiones a campo abierto, con la finalidad de obtener legumbres (semillas) para el consumo humano. Se trata una planta anual, de ciclo corto y fácil de cultivar.
En este artículo, exploraremos en detalle cómo cultivar los guisantes de forma orgánica, abarcando desde la preparación del suelo hasta la cosecha, incluyendo cuidados y consejos para obtener una buena producción.

Características del guisante (Pisum sativum)

El guisante es una planta anual que se caracteriza por su rápido crecimiento y facilidad de establecimiento. Su ciclo de vida es relativamente corto, lo que lo hace ideal como cultivo de temporada. Las hojas del guisante son paripinnadas con uno a tres pares de folíolos de formas elípticas. Poseen un zarcillo terminal ramificado y grandes estípulas que son mayores que los folíolos. Las flores del guisante pueden variar en color, incluyendo tonos blancos, rosados y lilas, y pueden encontrarse solitarias o en inflorescencias de hasta tres flores. El fruto es una vaina alargada cargada con semillas o legumbres, muy característica de muchas de las plantas de la familia Fabaceae.

Preparación del suelo y condiciones climáticas ideales

Los guisantes prefieren climas frescos, aunque no excesivamente lluviosos, y tienen una buena resistencia a las heladas pero poca tolerancia a la sequía. Para obtener un buen rendimiento, es importante elegir un suelo neutro, de pH mayor o igual a 6, suelto y aireado. Los suelos con textura pesada, es decir excesivamente arcillosos, y los suelos mal drenados pueden dificultar el desarrollo de la planta. Por lo general, los guisantes se cultivan en invierno, con la siembra realizada durante el otoño.

Para preparar el terreno, se recomienda arar, nivelar y escardillar bien el suelo previamente, asegurándose de eliminar las piedras y malezas que puedan interferir con el posterior crecimiento de las plantas. Incorporar compost, estiércol o humus de lombriz bien descompuesto y maduro un mes antes de la siembra, mejora la fertilidad del suelo y proporciona los nutrientes necesarios para el desarrollo saludable de los guisantes. Cabe aclarar que como la mayoría de las leguminosas, es un cultivo exigente en fósforo, el cual puede obtenerse fácilmente adicionando roca fosfórica y/o gallinaza al suelo.

Siembra de guisantes

La siembra de guisantes es relativamente sencilla y puede realizarse de dos maneras: en hileras o a voleo. La siembra en hileras es la más común y permite un mejor manejo del cultivo y control de las malezas. Para sembrar en hileras, se deben hacer surcos de aproximadamente 5 cm de profundidad y espaciar las hileras a unos 60 cm de distancia. Las semillas se colocan en los surcos con una separación de 10 a 15 cm entre ellas y luego se cubren con tierra.

En regiones donde los inviernos son extremadamente fríos, es posible iniciar el cultivo en invernadero y trasplantar las plántulas al aire libre cuando las condiciones sean más favorables. Esto asegura una germinación más uniforme y protege a las plantas jóvenes de las heladas tempranas. En este caso, es recomendable utilizar cultivares de primavera.

Cuidados y mantenimiento del cultivo

Una vez sembrados, los guisantes requieren un cuidado adecuado para asegurar un crecimiento saludable y una buena producción. Entre los cuidados más importantes se encuentran el riego, el control de malezas y la fertilización.

  • Riego: Los guisantes necesitan un riego moderado, evitando tanto el encharcamiento como la sequía prolongada. Es importante mantener el suelo ligeramente húmedo, especialmente durante la germinación y el establecimiento de las plántulas. Un sistema de riego por goteo puede ser muy eficaz para mantener una humedad constante sin exceso de agua.
  • Control de malezas: Es fundamental mantener el área de cultivo libre de malezas para evitar la competencia por luz, nutrientes y agua. El deshierbe manual o con escardillo es recomendable, especialmente cuando las plantas son jóvenes. También se puede utilizar un acolchado orgánico o mulching para ayudar a suprimir las malezas y conservar la humedad del suelo.
  • Fertilización: Aunque los guisantes son capaces de fijar nitrógeno del aire gracias a la simbiosis con bacterias rizobianas, es beneficioso aplicar un fertilizante balanceado antes de la siembra, particularmente aquellos ricos en fósforo. Un análisis de suelo puede determinar si se necesitan nutrientes adicionales, como magnesio o potasio.
  • Entutorado: Los guisantes cuentan con una altura que puede variar entre los 50 y 200 cm, son trepadores y suelen requerir tutores para un crecimiento adecuado.
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Plagas y enfermedades comunes

Los guisantes, como cualquier otro cultivo, son susceptibles a diversas plagas y enfermedades. Entre las plagas más comunes se encuentran los pulgones, los gorgojos y las orugas. Estas plagas pueden causar daños significativos a las plantas, reduciendo tanto la calidad como la cantidad de la cosecha. Para controlarlas, se pueden utilizar métodos naturales como la introducción de insectos beneficiosos y/o la aplicación de insecticidas orgánicos.

Las enfermedades más comunes incluyen el mildiu, la antracnosis y el oídio. Estas enfermedades fúngicas pueden prevenirse mediante prácticas culturales adecuadas, como la rotación de cultivos, el uso de semillas certificadas y resistentes, y la aplicación de fungicidas orgánicos cuando sea necesario.

Cosecha y almacenamiento de guisantes

La cosecha de guisantes debe realizarse cuando las vainas están llenas pero antes de que las semillas comiencen a endurecerse y secarse (en el caso de usarlas en fresco). Esto generalmente aproximadamente a los 90 días después de la siembra, dependiendo de la variedad y las condiciones de crecimiento. Las vainas deben recogerse a mano, evitando dañar las plantas.

Para el almacenamiento, los guisantes pueden secarse al sol y luego guardarse en un lugar fresco y seco. Si se planea consumirlos frescos, es recomendable refrigerarlos para mantener su frescura durante más tiempo.

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Beneficios nutricionales y agrícolas del cultivo de guisantes

Los guisantes son una excelente fuente de proteínas y minerales, tanto en su forma fresca como seca. Además, como leguminosas, a nivel agrícola ayudan a mejorar la fertilidad del suelo mediante la fijación de nitrógeno (aunque la mayor parte del nitrógeno se la lleva el grano en forma de proteínas), reduciendo así, la necesidad del uso de fertilizantes para el cultivo siguiente. También, el cultivo de guisante, contribuye a la sostenibilidad del sistema agrícola al ser una buena opción para incluir dentro del esquema de la rotación de los cultivos.

Cultivar guisantes es accesible y sencillo para realizar en el huerto de casa. También, muchas veces, es una propuesta rentable tanto para los pequeños y los grandes agricultores. La clave del éxito para la cosecha abundante de guisantes radica en adaptar las prácticas agrícolas orgánicas para su cultivo, satisfaciendo sus necesidades nutricionales y de manejo de forma correcta.

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