La agricultura orgánica, ecológica o biológica es un sistema de producción sustentable en el tiempo que busca mejorar la salud de los suelos, los ecosistemas y las personas a través del uso racional de los recursos naturales. Se basa en procesos ecológicos que mantengan o aumenten la biodiversidad del suelo y su fertilidad. Así mismo, evita aplicar insumos tóxicos sintéticos como fertilizantes químicos, pesticidas y herbicidas. Los transgénicos u OMG tampoco están permitidos para esta forma de producción.

Para etiquetar y vender sus productos como orgánicos, los productores de alimentos deben someterse a un proceso de certificación que varía según las normas de la certificadora local.

Los agricultores orgánicos combinan tradición, innovación y ciencia. Implementan tanto las últimas tecnologías como técnicas que se utilizaron por primera vez hace miles de años. Combinan distintas prácticas como la rotación de cultivos, el uso de estiércol compostado y cultivos de cobertura, que son económicamente sostenibles en el mundo actual. En la producción orgánica, la interacción entre las prácticas de manejo son de gran importancia y se enfatiza en el equilibrio general del sistema. Su objetivo es beneficiar tanto al medio ambiente como a las personas involucradas, aumentando su calidad de vida, su salud y promoviendo relaciones laborales justas.